Nuevas estrategias para potenciar la participación juvenil





En muchos casos la participación juvenil se ha desarrollado con una metodología ideada por un joven varón, con una educación superior, muchas inquietudes y capacidades de comunicación elevadas. Estos mecanismos se adaptan para trabajar con sus iguales, pero no para incluir a los recién llegados, a aquellos con menos oportunidades o a quienes presentan alguna necesidad especial. Este hecho va en contra de uno de los principios de la participación juvenil, ser una actividad inclusiva donde cualquier joven con interés pueda participar en la medida que esa persona quiera, no en la que el sistema, estructura o metodología le permita.




Cuando un joven se plantea participar, muchas veces se encuentra con que la entidad, asociación, estructura donde pretende desarrollar sus inquietudes tiene una forma de funcionar en la que no se siente cómodo. Imaginemos, por ejemplo, una joven recién llegada a Europa desde un país del norte de África quiere participar en una asamblea de una organización juvenil española donde el tono de voz y las expresiones empleadas por los jóvenes son muy diferentes a las que se empleaban en su país de origen o un joven que ha padecido déficit de atención durante su infancia y tiene que permanecer quieto y en silencio, salvo cuando tiene el turno de palabra, en esa misma asamblea.

  En respuesta a esta necesidad han surgido algunas ideas que pretenden favorecer la participación de todos los jóvenes con interés independientemente de su situación o condiciones. Una idea muy interesante, representada en España entre otros por el movimiento Copylove, es la defensa del cuidado de las personas como medio principal para favorecer a las personas. A qué hace referencia eso de “cuidar a las personas”; pues es un concepto bastante amplio que incluye la atención a las necesidades individuales, la gestión del cariño y el afecto como los bienes más importantes de las relaciones humanas y el buen trato como elemento dominante de la comunicación en los espacios de participación. Una propuesta interesante, ¿no?

En otra línea diferente pero igualmente innovadora han surgido las comunidades de aprendizaje enfocadas a la participación juvenil. ¿Qué es una comunidad de aprendizaje? Es un espacio virtual donde personas con inquietudes sobre el mismo tema en las que existe la figura del moderador, permanente o rotativo, y cada persona participante aporta su conocimiento y colabora en la generación de debates sobre el tema en cuestión. Existen algunas a nivel nacional como Tejiendo redes de la participación en la que participan jóvenes y asociaciones para innovar sobre la participación juvenil, basando gran parte de su trabajo en las nuevas tecnologías.
 
Por último, pero no menos importante, existen muchos modos de participación juvenil denominada por los teóricos como “participación suave” como la compra de productos ecológicos y socialmente responsables, las microdonaciones o las firmas a través de plataformas como change.org. Esta conciencia participativa facilita, por ejemplo, que ante una decisión injusta como la retirada de las becas Erasmus para los jóvenes que ya están viviendo la experiencia en noviembre de 2013; las iniciativas propuestas por los jóvenes para evitarlo hayan sido numerosas y, sobretodo, hayan tenido éxito.

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