La participación juvenil dentro de los centros escolares: Aprendizaje y Servicio.



Los centros educativos, en especial los institutos y centros de formación profesional, significan para los jóvenes un lugar de aprendizaje, donde se aprenden no sólo materias sino también habilidades sociales y valores. La participación juvenil es uno de los valores que se potencian desde siempre en los institutos, existen diferentes espacios para la participación que van desde la figura del delegado de clase hasta los miembros del consejo escolar, llegando en algunos centros a crearse asociaciones de alumnos.


Sin embargo, esta forma de promover la participación juvenil no ha llegado a todos los jóvenes y se buscan otras formas para que la mayor parte de los estudiantes tengan una experiencia de participación y que la variedad de alternativas sea mayor, más atractiva para los jóvenes. Una de las propuestas que están teniendo más éxito es la propuesta de Aprendizaje y Servicio. La idea básica del Aprendizaje y Servicio es sencilla, que “chicos y chicas aprendan mientras actúan sobre necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo” (Red Española de Aprendizaje-Servicio), en otras palabras, busca trabajar los contenidos de las materias mediante la participación del alumnado en proyectos que incluyan su participación directa y donde se pongan en práctica los contenidos trabajados en el aula. Por ejemplo, un grupo de alumnos colabora en la conservación de un tramo de un río mientras en el aula se habla de los ecosistemas fluviales o de la biología de las plantas. Una propuesta interesante, ¿no?

La propuesta de Aprendizaje y Servicio no se limita a España, en diferentes países de Europa se existen organizaciones que promueven la aplicación de esta metodología como la propuesta defendida como “Lernen durch Engagement” (aprender a través del compromiso) en Alemania o la organización holandesa Movisie con una larga experiencia en la promoción del voluntariado se ha convertido en un referente internacional en la aplicación de esta metodología.

Una experiencia concreta es la que está desarrollando el Instituto “Miguel Catalán” en el municipio madrileño de Coslada. Este centro, en colaboración con el Punto de Información del Voluntariado de este municipio inicio la aplicación de esta metodología en el año 2011, en el marco del año europeo del voluntariado. Gracias a la colaboración con diferentes ONG y la implicación de profesores se han desarrollado diferentes experiencias con mucho éxito como la realización de un seguimiento de prensa en la asignatura de comunicación audiovisual o la colaboración en una campaña de donación de sangre en la asignatura de Biología.

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